En el trasfondo de casi todos los movimientos sociales relacionados con el género, se encuentra la teoría feminista. Y, en el corazón de la teoría feminista, está el uso de estas teorías no solo para entender, sino también para cambiar el mundo y eliminar la opresión. Es decir, una teoría no es feminista si no va acompañada de acciones que permitan identificar y erradicar la opresión.
Hoy en día, la teoría feminista es también una parte esencial de cualquier disciplina académica, especialmente en las humanidades y las ciencias sociales. El feminismo se ha constituido como un campo de conocimiento transversal a diversas disciplinas que permite comprender, desde una mirada crítica, distintos aspectos de la realidad. El feminismo, como campo de saber y como acción transformadora, ha permitido visibilizar los lugares de subordinación, exclusión y opresión que las mujeres y los sujetos feminizados han experimentado a lo largo de la historia y en diferentes sociedades; así como las configuraciones de poder en las que ambos están involucrados, lo que incluye también el ejercicio del poder por parte de las mujeres en relación con los hombres y con sus congéneres.