En la tradición japonesa, el Kintsugi no solo repara un objeto roto: lo transforma. Cada línea reconstruida revela una historia, un tránsito y una oportunidad. Después de explorar en el primer curso los fundamentos filosóficos y la experiencia íntima de iluminar nuestras fracturas, esta nueva propuesta nos invita a dar un paso más profundo: mirar la reconstrucción como un acto poético, una práctica de percepción fina y presencia consciente.
En este curso nos adentramos en las capas más sutiles que sostienen esta tradición: el tiempo lento, la contemplación, la sensibilidad ante la impermanencia y la atención a la belleza que se revela solo cuando estamos realmente presentes. El curso se centra en la variante del oro al ras, una técnica delicada que busca integrar la fractura de forma armoniosa con el resto del objeto, sin ocultarla ni exagerarla. Esta aproximación encarna valores japoneses como mono no aware, mushin, yugen y shōganai, que trabajaremos no como conceptos abstractos, sino como experiencias que emergen desde la práctica misma.
La experiencia está diseñada para que cualquier persona, con o sin conocimientos previos, pueda participar plenamente. Quienes llegan por primera vez vivirán un proceso completo de exploración técnica y estética, mientras que quienes ya tomaron el primer curso encontrarán aquí un espacio de profundización, refinamiento y ampliación filosófica, con un nivel de sensibilidad y detalle que complementa y expande la experiencia anterior.
Este curso es, ante todo, una invitación a cultivar una mirada más abierta y sensible hacia lo que se transforma: en los objetos, en el tiempo y en nosotros mismos. Un espacio para detenernos, observar, crear y permitirnos reconstruir desde la serenidad y la belleza.