“La facultad de concebir imágenes, a la que llamamos imaginación, no es solo la capacidad que tenemos de representar, o interpretar simbólicamente la realidad, sino que es el poder que permite subcrear el mundo”, dijo J.R.R Tolkien en su ensayo sobre el cuento de hadas.
Frente a un presente en el que al parecer hemos perdido nuestra capacidad de imaginar, de crear relatos vinculantes, se hace necesario para los escritores en formación activar las potencias imaginativas a través del encuentro y la práctica con las distintas formas y técnicas con la que a través de los tiempos, la literatura se ha permitido subcrear el mundo.
Este taller se sostiene sobre estas cuatro ideas:
Escribimos para vincularnos: la experiencia individual no es excepcional, sino precisamente lo que nos conecta con el mundo.
Escribimos para subcrear: inventamos historias para alterar la “realidad” que percibimos como inamovible.
Escribimos para darle una nueva vida a las imágenes que se han quedado fijadas como espectros: trabajamos con el pasado y el presente en busca de lo inexistente.