Entendemos la economía como la ciencia que analiza el comportamiento humano en función de la
relación entre fines dados y medios escasos con usos alternativos, según Lionel Robbins (1898–1984),o como el estudio de cómo las sociedades utilizan recursos limitados para producir bienes valiosos y distribuirlos entre los individuos, según Paul Samuelson (1915–2009), podemos observar que es una disciplina profundamente vinculada a la escasez. Esta característica la convierte en una ciencia que, en esencia, requiere una toma de decisiones informada y responsable en todos los contextos. Por ello, se consideró fundamental diseñar un curso enfocado en aplicar estos principios al ámbito de la salud pública, un sector crucial para el bienestar de las sociedades.
Dentro del vasto campo de la economía, la economía de la salud se destaca como un área de
conocimiento que ha evolucionado significativamente en los últimos 60 años. Kenneth Arrow, en su trabajo pionero, destacó cómo los costos asociados a la salud impactan considerablemente la economía de cualquier país. Sin embargo, los beneficios que reciben tanto los pacientes como la sociedad no siempre son claros, lo que impulsó el desarrollo de la economía de la salud. Esta disciplina busca proporcionar herramientas útiles para la toma de decisiones en el sector sanitario, abarcando diversos niveles: macro (políticas nacionales), meso (gestión de instituciones) y micro (atención individual).